Una verdeazulada combinación de sombras, huesos, fluidos y animales muertos llegaron a ser parte de algún sueño con tintes de pesadilla. Paradójicamente las extravagancias venidas desde Bélgica, trasmutaron en mágicas perversiones y perfecciones, que fueron guiando un camino dentro de “Talleres Robledo”, nueva sede del MAMM, que goza hoy del singular juego de sensaciones , con el que Jan Fabre nos deleita y seduce sin pudor.
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