lunes, 21 de junio de 2010

La lucha por la libertad, como cotidianidad de los Pueblos.

Una libertad conquistada en una campaña admirable de ejércitos patriotas contra sanguinarios invasores, donde las lágrimas derramadas y los dolores padecidos valieron la recompensa de una vida republicana, nueva y accidentada, pero independiente de los designios de mentalidades europeas.
Aunque la independencia se construyó con ejércitos y con ideas, la incipiente vida lejos de la corona española empezó con contraproducentes rencillas de los dirigentes locales. Una de las imágenes más crudas de esta época post-independentista nos muestra a un Bolívar huyendo por una ventana de su hogar para evitar ser asesinado, muestra de un comienzo espinoso y prueba fehaciente del porvenir de nuestra nación, donde numerosas guerras civiles desgarrarán hasta la actualidad las inmensas riquezas que abundan en la región.
La guerra de los supremos y la guerra de los mil días, la época de la violencia posterior al asesinato del caudillo Jorge Eliécer Gaitán pondrán a prueba los valores y representaciones mentales que surcaron las mentes de quienes nos liberaron del yugo español, desde el más humilde soldado descalzo, hasta los concientes generales de a caballo.
Esos valores que se enarbolan como padrenuestro vacío, deberán retornar a sus invocaciones iniciales, donde la libertad se hizo constructo, de abajo hacia arriba y no de arriba para abajo. El poder de nuestra historia radica en eso precisamente, en advertir que todo empieza de abajo, que las situaciones de dichas vividas se merecen, se luchan y jamás se heredan, porque si algo está claro, es que cada generación deberá ganar, bajo la premisa de sus propios ideales, una vía de liberación más completa y profunda.
Los tiempos que corren, llaman a reactualizar esos altos ideales fundacionales, de unidad en la diversidad, de construcción activa de nuevos canales de solidaridad y entendimiento social, aun no se sabe si esto se lleve a cabo con el nuevo gobierno que se acaba de elegir, lo que sí es cierto es que la esperanza de un futuro mejor es lo que se sueña y en ese escenario, si lo soñamos ¿lo logramos?
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Ciudad Empedrada de Escapulario y Tamarindo





Un bicentenario de independencia o no, un bicentenario de un pueblo escapulárico danzarín que  entre diablos y santos celebra una historia olvidada  a ritmo de tambores y colores, evocando 200 años después la lucha de héroes sobre las calientes piedras de Santa Fé, sobre las frescas montañas de Antioquia.  



Los años corren, la gente se marcha, solo los lugares que alguna vez habitamos con el cuerpo, aun destruidos por el olvido, quedan habitados por nuestra alma, aunque no sabemos si el recuerdo tenga alma.

jueves, 10 de junio de 2010

Runas de Espina: Olor fumaça



Sin duda, al Bohemio de ultratumba que en las noches me susurra las calles de mi cambiante ciudad y a Palomo por danzar bajo la lluvia corriendo el riesgo…





Cigarro y tinto, mal de un rapsoda nacido de los nadas y de los beats, quien en viajes mentales y físicos dibujó con letras una tierra tan suya, tan mía; la que con cariño hiriente y entre humo de piel roja sin filtro, es bien llamada: “Metrallín”.

Sin buscarlo entre flores y dejando de lado la ya gastada apología que hacemos a los no malos muertos, éste, el ya ausente flaco resguardado en un más allá de figuras veladas, deja en el acortar del tiempo una fecha inscrita en el alma de esta ciudad: Abril 29 1940- Abril 6 2010.

Ciudad madre de palabras amparadas en un ir y venir de “Pumpunes y Pompones”, que en abriles de años lejanos se hizo lienzo de su  pluma negada a la maquinal imposición de un país regido por rojos y azules. Un sistema bananero donde las letras se hacían escapatoria de las canciones bailadas por un país “limítrofe entre la idiotez y la locura”. Leer más